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Tallaje del calzado

Pies de mujer
Todo lo relacionado con el tallaje es un asunto un tanto engorroso, porque la información muchas veces es contradictoria y en la mayor parte de páginas está un tanto incompleta y/o sesgada. Por eso hemos intentado corroborar lo que nosotros ya sabíamos con varias fuentes a lo largo y ancho de la red, para ofrecértelo en una forma -esperamos- más fácil de entender.

Sistemas de tallaje

En primer lugar, hay que delimitar los dos sistema principales que se pueden encontrar hoy día en el mundo occidental, que son el punto francés y el basado en barleycorns (literalmente, "granos de cebada"). Existen muchos otros, pero vamos a centrarnos en estos dos porque son los que nos vamos a encontrar en las tiendas españolas con más frecuencia.

ilustración punto francés
El punto francés (fig. 1) funciona de la siguiente forma: se toman dos centímetros como referencia, y estos dos centímetros se dividen en tres partes iguales, que son tres tallas. Esto quiere decir que cada talla abarca 23 cm, eso es, aproximadamente, 6,67 mm. En este sistema no hay medias tallas (y esto lo decimos porque jamás las hemos visto en ninguna hoja de pedido de un fabricante español), aunque muchas tablas de las que puedes encontrar por internet se las inventen para poder establecer una correspondencia más exacta con sistemas basados en barleycorns.

ilustración punto americano
El sistema de barleycorns (fig. 2) hace algo parecido, pero toma como referencia la pulgada y la divide en tres partes. Como habrás adivinado, cada una de estas partes es un barleycorn. Como la pulgada abarca 2,54 centímetros, resulta que cada barleycorn tiene 8,46 milímetros en este sistema, aproximadamente. Las tallas americanas e inglesas se basan en el sistema de barleycorns, y es por esto que es bastante común encontrar medias tallas e incluso tercios de talla, ya que el espacio entre una talla y otra es mucho mayor en en el sistema de punto francés.

Tallas europeas

Desde el 28 de abril del año 1998, vienen reguladas por la directiva UNE 59850:1998, que establece que en un centímetro caben 1,5 tallas. O, dicho de otra forma: una talla son 23 cm. Curiosamente, esto coincide con el punto francés, explicado arriba. Las tallas europeas, normalmente, van desde el 15 o el 16 hasta donde el fabricante quiera llegar, en incrementos de 23 cm, que son aproximadamente 6,67 mm. Es decir, el pie más pequeño contemplado tiene unos 10 cm de largo. El más largo... habría que preguntarlo al libro Guinness de los récords!

En el sistema europeo, si hablamos exclusivamente de longitudes, no hay tallas específicas para los distintos sexos, ni para niños, y para calcular la medida de cada talla en cm multiplicamos dicha talla por 23. Por ejemplo, la talla 40 corresponde a 40 x 23 = 26,67 cm.

Tallas inglesas y americanas

Las tallas inglesas y americanas se basan en la métrica de barleycorns explicada arriba. Por tanto, de una talla a la siguiente vamos a encontrar un espacio de 8,46 mm y la medida mínima viene dada por una constante que varía para mujer, hombre y niño.

Para las tallas inglesas, de mujer y hombre, esta constante es 25 barleycorns. Es decir, el pie más pequeño tendría 25 barleycorns / 3 barleycorns en cada pulgada = 8 pulgadas y un tercio de pulgada. Esa es la talla 1 inglesa, 21,15 cm aproximadamente, que se corresponde con nuestra talla 34.

Para las tallas americanas, la constante pasa a ser 24 para hombres y 23 para las damas, con lo que ellos calzan un número más en los Estados Unidos que en Inglaterra, y ellas dos tallas más.

Para calcular nuestra talla británica o estadounidense, solo tenemos que tomar la medida en pulgadas (1 pulgada son 2,54 cm), multiplicarla por 3 para pasarla a barleycorns, y luego restarle 25 (talla UK), 24 (talla US hombres) o 23 (talla US mujeres). En las tallas de niño, estas constantes son unas 13 unidades mayores, aunque no hemos encontrado información fiable a este respecto.

Es que, en realidad, mi número no es el 42, ni el 41, sino el 41-42 (o ¿qué fue de las tallas españolas?)

Fabricado en España

Eso no existe, y es un perfecto ejemplo de como a veces, por querer hacer las cosas demasiado bien, se acaba liando al personal.

Si, es perfectamente normal que hayas visto un zapato con ambas tallas en la suela. Pero eso no significa que ese zapato tenga una especie de talla intermedia. Solo significa que, o bien ese zapato lleva más años de la cuenta en las estanterías, o bien el fabricante es un nostálgico.

Como hemos dicho arriba, las tallas en la unión europea se rigen por una directiva que entró en vigor en el 98. Antes de eso, España tenía su propio sistema de tallas, que, básicamente, era el mismo que ahora, solo que los números eran una talla mayores. Es decir, el 41 antiguo de España es el 42 moderno de la UE. Durante un periodo de transición, se incluían en las suelas ambos números, y la gente acabó acostumbrándose a que tenían "el 41 42", en vez de simplemente el 41 español, que es el 42 europeo. Muchos terminaron imaginando que eso era una especie de talla intermedia, y cuando tratas de explicarlo en un mostrador, casi siempre muestran incredulidad, y alguno que otro, un poco de enfado.

La triste realidad es que, a los que tenemos ya unos añitos, no nos ha crecido el pie, ni nuestro pie es especial, ni raro, ni único en el mundo. Simplemente el sistema de tallas ha cambiado, y la talla española se ha eliminado del mapa.

Medir el pie

Puede parecer un asunto sencillo, pero en realidad es más complejo de lo que parece.

En primer lugar, hay factores que pueden afectar al simple acto de la medida. Mucha gente usa un bolígrafo para dibujar la silueta en un papel, por ejemplo, sin tener en cuenta que al hacerlo la presión en el pie va cambiando y con ella su forma y su nivel de apoyo. La misma orientación del bolígrafo y su grosor pueden hacer variar la medida hasta un par de centímetros, si no somos capaces de sujetarlo de forma completamente perpendicular al piso, todo ello sin cambiar la postura ni el apoyo de nuestro pie. Hay que ser realmente flexible para poder hacerlo solo de forma correcta usando esta técnica.

Además de esto, existen otros factores más mundanos que pueden hacer variar la medida de nuestro pie, como por ejemplo, el uso o no de calcetines de distintos tipos, con distintos grosores, o el simple hecho de medir por la mañana o por la noche, o después de una larga caminata o un día de duro trabajo.

Otra cuestión es que el pie debe estar apoyado en el suelo y soportando nuestro peso completamente. Si estamos sentados o apoyados en alguna superficie o asidero el pie estará "encogido".

Por último, no hay que olvidar que la talla es la medida del zapato, no la del pie. Por tanto, para nuestros cálculos siempre tendremos que dejar un margen que normalmente se estipula en 1 cm, aunque en realidad esto depende de varios factores que tienen que ver con la morfología de cada pie.

ilustración medir pie

Por esto, nuestras recomendaciones son:

  • Medir el pie siempre con el pie "caliente". Es decir, por la noche y después de una jornada de trabajo normal; a no ser que se trate de un zapato que vamos a usar solo para ratos de ocio y con el pie descansado. De otra manera, podrías encontrarte con que un zapato que te queda perfectamente recién levantado resulta inaguantable a las siete de la tarde.
  • Medir el pie con un tipo de calcetín o media similar al que vayas a usar con ese zapato. Es perfectamente posible que necesites una talla más en una bota de trabajo o de montaña, o en un deportivo para alto rendimiento que vayas a usar con un calcetín muy grueso.
  • Para medir, y después de tener en cuenta los puntos anteriores, habrás de colocarte de pie y descalzo con el talón bien apoyado contra la pared, y con todo el peso actuando sobre el pie. Es importante que no apoyes las manos en ningún tipo de asidero que pueda restar peso.
  • Señala el dedo gordo usando un libro u objeto similar, apoyando el libro en el suelo, de canto, justo delante del pulgar de tu pie, y luego márcalo con un bolígrafo o de la forma que consideres oportuna. Lo importante es que el libro no se mueva mientras haces el marcado. Quizás en este paso necesites la ayuda de otra persona.
  • Midiendo la distancia en perpendicular desde la marca realizada hasta la pared tendrás la medida del pie en actividad, que es la que nos interesa.
  • Si no estás seguro de tener los dos pies exáctamente iguales (y, créenos, casi nadie los tiene), es mejor que repitas el proceso para el otro pie, y luego escojas la mayor de las medidas. En el pie más pequeño siempre podrás añadir una plantilla, si es necesario.
  • Suma un cm de seguridad al resultado, y luego multiplica por 1,5.

El ancho, el gran ignorado del siglo XXI

Muchas veces un zapato no termina de quedar bien, y es que en este tiempo, donde todo se fabrica en serie y para las masas, el ancho se ha reducido a un mero ejercicio estadístico de ensayo y error. En general, vamos a encontrar en el mercado zapatos cuyo ancho varía entre normal y especial, en nomenclatura moderna os podréis encontrar esto etiquetado como ancho "B" o "D" (para mujer y hombre respectivamente en ancho normal) o anchos especiales ("D" en mujeres y "EE" en hombres); aunque, si el consenso en el largo es un tanto difuso, en lo que concierne al ancho es casi inexistente.

En la práctica, la mayoría de fábricas tienen una horma fija y esa es la que van a usar en todos o la mayoría de sus modelos. Por eso, solemos decir que, si encuentras una marca que le va bien a tu pie, no olvides su nombre, aunque por supuesto eso no quiere decir que no puedas probar otras nuevas si se tercia la ocasión.

Por supuesto, no se puede generalizar. Hay fabricantes que fabrican una parte o la totalidad de sus modelos en varios anchos, a petición del cliente. Aunque eso añade complicación al asunto del tallaje a la hora de vender.

Sentido común

pensador

Hay que intentar siempre usar el sentido común al comprar. Algunos consejos útiles:

  • Obviamente, no es lo mismo un zapato de cordones o abrochado que un zapato de salón, cuya única sujeción es, precisamente, el ajuste que haga en nuestro pie. Si tienes un pie ancho, necesitarás un zapato con un ancho especial, que no es lo mismo que una talla más. Si tienes el pie fino, necesitarás un zapato con algún tipo de sistema de sujeción (cordones, hebilla, velcro...). Si el zapato que te gusta no te viene bien, es mejor dejarlo correr y no perseguir imposibles, porque estarás gastando tu tiempo, tu dinero, y la paciencia de quien te atiende.
  • Debes dejarte aconsejar por los técnicos que te atiendan. La mayor parte de ellos son profesionales que solo persiguen darte un servicio adecuado y evitarte problemas en el posterior uso del calzado. Si acudes a un establecimiento de confianza y con amplio recorrido, asume que el que está detrás del mostrador quiere ayudarte. En otras palabras, intenta considerar adecuadamente su consejo aunque, o, mejor dicho, sobre todo, si) no coincide con lo que tú quieres oír. Ten en cuenta que la persona que te atiende tiene muy poco o nada que ganar o perder. Tú, sin embargo, puede que acabes con unos zapatos que no vas a poder usar si tomas la decisión incorrecta. Si no estás segur@, pregunta, escucha, vete a tomar un café o una cerveza y vuelve cuando lo tengas claro. Al final, la decisión es tuya y de tus pies :)
  • En el tema de las tallas no hay reglas fijas, porque la última palabra la tiene siempre cada fabricante. Al margen de lo que te digan las tablas y calculadoras de internet, si conoces tus marcas de calzado hazle caso a tu experiencia previa, y, ante la duda, pregunta antes de comprar a ciegas. Las talas pueden varias, no solo de un fabricante a otro, sino incluso entre distintos modelos del mismo fabricante.
  • Si tienes requisitos especiales en cuanto a plantillas ortopédicas, calcetines, etc. intenta ir con todo el equipamiento cuando vayas a comprar zapatos. De otra manera puede que estés perdiendo el tiempo.

Calculadora de tallas

Si no te gustan las matemáticas, introduce aquí tu medida en centímetros, a ser posible, con al menos un decimal para tener la mayor precisión. Esta pequeña utilidad calculará tus tallas europea, americana e inglesa. Esta calculadora es muy simple y no está pensada para cubrir todas las eventualidades. Si necesitas un cálculo realmente fino, lo mejor es que vayas a una ortopedia y te dejes de experimentos.


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